tag:blogger.com,1999:blog-36121868101031481962024-03-13T03:48:14.940-07:00En la Madriguera del ConejoEl inestable híbrido de lo que pinteAnakinhttp://www.blogger.com/profile/06560486604626231098noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-3612186810103148196.post-61071830828417035542010-09-17T13:20:00.000-07:002010-09-17T13:39:32.575-07:00Cuentos de la Selva<div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/TJPLULMXUFI/AAAAAAAAAC4/m29tggUaEBw/s1600/020gal3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/TJPLULMXUFI/AAAAAAAAAC4/m29tggUaEBw/s320/020gal3.jpg" /></a><br />
<h5 align="center" class="res" style="color: #444444;"><span style="font-size: large;">La Tortuga Gigante </span></h5><h5 align="center" class="res" style="color: #444444;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: xx-small;">(en honor a la tortuga que me visitó anoche)</span> </span></h5><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Había una vez un hombre que vivía en </span><span class="IL_AD" id="IL_AD4" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Buenos Aires</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> y estaba muy contento porque era un hombre sano y trabajador. Pero un día se enfermó, y los médicos le dijeron que solamente yéndose al </span><span class="IL_AD" id="IL_AD11" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">campo</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> podría curarse. El no quería ir porque tenía hermanos chicos a quienes daba de comer; y se enfermaba cada día más. Hasta que un amigo suyo, que era director del Zoológico, le dijo un día: </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Usted es amigo mío, y es un hombre bueno y trabajador. Por eso quiero que se vaya a vivir al monte, a hacer mucho ejercicio al aire libre para curarse. Y como usted tiene mucha puntería con la escopeta, cace bichos del monte para traerme los cueros, y yo le daré plata adelantada para que sus hermanitos puedan comer bien. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> El hombre enfermo aceptó, y se fue a vivir al monte, lejos, más lejos que Misiones todavía. Hacía allá mucho calor, y eso le hacía bien. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Vivía solo en el bosque, y él mismo se cocinaba. Comía pájaros y bichos del monte, que cazaba con la escopeta, y después comía frutas. Dormía bajo los árboles, y cuando hacía mal tiempo construía en cinco minutos una ramadal con hojas de </span><span class="IL_AD" id="IL_AD6" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">palmera</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, y allí pasaba sentado y fumando, muy contento en medio del bosque que bramaba con el viento y la lluvia. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Había hecho un atado con los cueros de los animales, y los llevaba al hombro. Había también agarrado, vivas, muchas víboras venenosas, y las llevaba dentro de un gran mate, porque allá hay mates tan grandes como una lata de querosene. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> El hombre tenía otra vez buen color, estaba fuerte y tenía apetito. Precisamente un día en que tenía mucha hambre, porque hacía dos días que no cazaba nada, vio a la orilla de una gran laguna un tigre enorme que quería comer una tortuga, y la ponía parada de canto para meter dentro una pata y sacar la carne con las uñas. Al ver al hombre el tigre lanzó un rugido espantoso y se lanzó de un salto sobre él. Pero el cazador que tenía una gran puntería le apuntó entre los dos ojos, y le rompió la cabeza. Después le sacó el cuero, tan grande que él solo podría servir de alfombra para un cuarto. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Ahora -se dijo el hombre- voy a comer tortuga, que es una carne muy rica. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Pero cuando se acercó a </span><span class="IL_AD" id="IL_AD2" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">la tortuga</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, vio que estaba ya herida, y tenía la cabeza casi separada del cuello, y la cabeza colgaba casi de dos o tres hilos de carne. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">A pesar del hambre que sentía, el hombre tuvo lástima de la pobre tortuga, y la llevó arrastrando con una soga hasta su ramada y le vendó la cabeza con tiras de género que sacó de su </span><span class="IL_AD" id="IL_AD5" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">camisa</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, porque no tenía más que una sola camisa, y no tenía trapos. La había llevado arrastrando porque la tortuga era inmensa, tan alta como una silla, y pesaba como un hombre. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> La tortuga quedó arrimada a un rincón, y allí pasó días y días sin moverse. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> El hombre la curaba todos los días, y después le daba golpecitos con la mano sobre el lomo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> La tortuga sanó por fin. Pero entonces fue el hombre quien se enfermó. Tuvo fiebre y le dolía todo el cuerpo. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Después no pudo levantarse más. La fiebre aumentaba siempre, y la garganta le quemaba de tanta sed. El hombre comprendió que estaba gravemente enfermo, y habló en voz alta, aunque estaba solo, porque tenía mucha fiebre. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Voy a morir -dijo el hombre-. Estoy solo, ya no puedo levantarme más, y no tengo quién me dé </span><span class="IL_AD" id="IL_AD3" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">agua</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, siquiera. Voy a morir aquí de hambre y de sed.</span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Y al poco rato la fiebre subió más aun, y perdió el conocimiento. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Pero la tortuga lo había oído y entendió lo que el cazador decía. Y ella pensó entonces: </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -El hombre no me comió la otra vez, aunque tenía mucha hambre, y me curó. Yo lo voy a curar a él ahora. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Fue entonces a la laguna, buscó una cáscara de tortuga chiquita, y después de limpiarla bien con arena y ceniza la llenó de agua y le dio de beber al hombre, que estaba tendido sobre su manta y se moría de sed. Se puso a buscar en seguida raíces ricas y yuyitos tiernos, que le llevó al hombre para que comiera, El hombre comía sin darse cuenta de quién le daba la </span><span class="IL_AD" id="IL_AD9" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">comida</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, porque tenía delirio con la fiebre y no conocía a nadie. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Todas las mañanas, la tortuga recorría el monte buscando raíces cada vez más ricas para darle al hombre y sentía no poder subirse a los árboles para llevarle frutas. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> El cazador comió así días y días sin saber quién le daba la comida, y un día recobró el conocimiento, Miró a todos lados, y vio que estaba solo pues allí no había más que él y la tortuga; que era un animal. Y dijo otra vez en voz alta: </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Estoy solo en el bosque, la fiebre va a volver de nuevo, y voy a morir aquí, porque solamente en Buenos Aires hay </span><span class="IL_AD" id="IL_AD1" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">remedios</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> para curarme. Pero nunca podré ir, y voy a morir aquí. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Y como él lo había dicho, la fiebre volvió esa tarde, más fuerte que antes, y perdió de nuevo el conocimiento. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Pero también esta vez la tortuga lo había oído, y se dijo: </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Si queda aquí en el monte se va a morir, porque no hay remedios, y tengo que llevarlo a Buenos Aires. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Dicho esto, cortó enredaderas finas y fuertes, que son como piolas, acostó con mucho cuidado al hombre encima de su lomo, y lo sujetó bien con las enredaderas para que no se cayese. Hizo muchas pruebas para acomodar bien la escopeta, los cueros y el mate con víboras, y al fin consiguió lo que quería, sin molestar al cazador, y emprendió entonces el viaje. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> La tortuga, cargada así, caminó, caminó y caminó de día y de noche. Atravesó montes, </span><span class="IL_AD" id="IL_AD7" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">campos</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">, cruzó a nado ríos de una legua de ancho, y atravesó pantanos en que quedaba casi enterrada, siempre con el hombre moribundo encima. Después de ocho o diez horas de caminar se detenía y deshacía los nudos y acostaba al hombre con mucho cuidado en un lugar donde hubiera pasto bien seco. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Iba entonces a buscar agua y raíces tiernas, y le daba al hombre enfermo. Ella comía también, aunque estaba tan cansada que prefería dormir. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> A veces tenía que caminar al sol; y como era verano, el cazador tenía tanta fiebre que deliraba y se moría de sed. Gritaba: ¡agua!, ¡agua! a cada rato. Y cada vez la tortuga tenía que darle de beber. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Así anduvo días y días, semana tras semana. Cada vez estaban más cerca de Buenos Aires, pero también cada día la tortuga se iba debilitando, cada día tenía menos fuerza, aunque ella no se quejaba. A veces quedaba tendida, completamente sin fuerzas, y el hombre recobraba a medias el conocimiento. Y decía, en voz alta: </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Voy a morir, estoy cada vez más enfermo, y sólo en Buenos Aires me podría curar. Pero voy a morir aquí, solo en el monte. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Él creía que estaba siempre en la ramada, porque no se daba cuenta de nada. La tortuga se levantaba entonces, y emprendía de nuevo el camino. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Pero llegó un día, un atardecer, en que la pobre tortuga no pudo más. Había llegado al límite de sus fuerzas, y no podía más. No había comido desde hacía una semana para llegar más pronto. No tenía más fuerza para nada. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Cuando cayó del todo la noche, vio una luz lejana en el horizonte, un resplandor que iluminaba todo el cielo, y no supo qué era. Se sentía cada vez más débil, y cerró entonces los ojos para morir junto con el cazador, pensando con tristeza que no había podido salvar al hombre que había sido bueno con ella. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Y, sin embargo, estaba ya en Buenos Aires, y ella no lo sabía. Aquella luz que veía en el cielo era el resplandor de la ciudad, e iba a morir cuando estaba ya al fin de su heroico viaje. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Pero un ratón de la ciudad -posiblemente el ratoncito Pérez- encontró a los dos </span><span class="IL_AD" id="IL_AD12" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">viajeros</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> moribundos. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -¡Qué tortuga! -dijo el ratón-. Nunca he visto una tortuga tan grande. ¿Y eso que llevas en el lomo, que es? ¿Es leña? </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -No -le respondió con tristeza la tortuga-. Es un hombre. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -¿Y dónde vas con ese hombre? -añadió el curioso ratón. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -Voy... voy... Quería ir a Buenos Aires -respondió la pobre tortuga en una voz tan baja que apenas se oía-. Pero </span><span class="IL_AD" id="IL_AD10" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">vamos</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> a morir aquí porque nunca llegaré... </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> -¡Ah, zonza, zonza! -dijo riendo el ratoncito-. ¡Nunca vi una tortuga más zonza! ¡Si ya has llegado a Buenos Aires! Esa luz que ves allá es Buenos Aires. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Al oír esto, la tortuga se sintió con una fuerza inmensa porque aún tenía tiempo de salvar al cazador, y emprendió la marcha. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Y cuando era de madrugada todavía, el director del </span><span class="IL_AD" id="IL_AD8" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Jardín</span><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Zoológico vio llegar a una tortuga embarrada y sumamente flaca, que traía acostado en su lomo y atado con enredaderas, para que no se cayera, a un hombre que se estaba muriendo. El director reconoció a su amigo, y él mismo fue corriendo a buscar remedios, con los que el cazador se curó en seguida. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Cuando el cazador supo cómo lo había salvado la tortuga, cómo había hecho un viaje de trescientas leguas para que tomara remedios no quiso separarse más de ella. Y como él no podía tenerla en su casa, que era muy chica, el director del Zoológico se comprometió a tenerla en el Jardín, y a cuidarla como si fuera su propia hija. </span></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;"><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Y así pasó. La tortuga, feliz y contenta con el cariño que le tienen, pasea por todo el jardín, y es la misma gran tortuga que vemos todos los días comiendo el pastito alrededor de las jaulas de los monos. </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> El cazador la va a ver todas las tardes y ella conoce desde lejos a su amigo, por los pasos. Pasan un par de horas juntos, y ella no quiere nunca que él se vaya sin que le dé una palmadita de cariño en el lomo. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/TJPLfycS--I/AAAAAAAAADA/dY-iRG71J5w/s1600/enie2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/TJPLfycS--I/AAAAAAAAADA/dY-iRG71J5w/s320/enie2.jpg" /></a></div><div style="background-color: transparent; border: medium none; color: black; font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif; overflow: hidden; text-align: right; text-decoration: none;"><h5 class="res" style="font-weight: normal;"><span style="font-size: small;"> </span></h5><h5 class="res" style="font-weight: normal;"><span style="font-size: x-small;">Horacio Quiroga </span></h5><h5 class="res"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="font-weight: normal;"> Cuentos de la selva , 1918</span></b></span></h5><h5 class="res" style="font-weight: normal;"><span style="font-size: small;"> </span></h5><h5 class="res"><br />
</h5><h5 class="res"></h5><h5 class="res"><br />
</h5></div></div>Anakinhttp://www.blogger.com/profile/06560486604626231098noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3612186810103148196.post-75076172863556415412008-05-22T15:00:00.000-07:002008-05-22T15:13:02.029-07:00Recitado por Julio Sosa<span style="font-weight: bold;">Pido permiso señores</span><br /><span style="font-weight: bold;"> que este tango... este tango habla por mí</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y mi voz entre sus sones dirá</span><br /><span style="font-weight: bold;"> dirá por qué canto así</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque cuando pibe</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque cuando pibe me acunaba en tango la canción materna</span><br /><span style="font-weight: bold;"> pa' llamar el sueño</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y escuché el rezongo de los bandoneones</span><br /><span style="font-weight: bold;"> bajo el emparrado de mi patio viejo</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque vi el desfile de las inclemencias</span><br /><span style="font-weight: bold;"> con mis pobres ojos llorosos y abiertos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y en la triste pieza de mis buenos viejos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> cantó la pobreza su canción de invierno</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y yo me hice en tangos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> me fui modelando en barro, en miseria</span><br /><span style="font-weight: bold;"> en las amarguras que da la pobreza</span><br /><span style="font-weight: bold;"> en llantos de madre</span><br /><span style="font-weight: bold;"> en la rebeldia del que es fuerte y tiene que cruzar los brazos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> cuando el hambre viene</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y yo me hice en tangos porque...¡porque el tango es macho!</span><br /><span style="font-weight: bold;"> !porque el tango es fuerte!</span><br /><span style="font-weight: bold;"> tiene olor a vida</span><br /><span style="font-weight: bold;"> tiene gusto a muerte</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque quise mucho, y porque me engañaron</span><br /><span style="font-weight: bold;"> y pasé la vida masticando sueños</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque soy un árbol que nunca dió frutos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque soy un perro que no tiene dueño</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque tengo odios que nunca los digo</span><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);"> porque cuando quiero Ahhh... porque cuando quiero me desangro en besos</span><br /><span style="font-weight: bold;"> porque quise mucho, y no me han querido</span><br /><span style="font-weight: bold;"> por eso, canto, tan triste...</span><br /><span style="font-weight: bold;"> ¡por eso!</span><br /><br />Recitado por: Julio Sosa<br />Autor: Flores<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Dedicado con el alma a mi abuelo Carlos Moreno, tanguero y gatero viejo que me cuida desde algún piringundín en alguna nube, y me enseñó a morir por los sueños más delirantes, pero sueños desde el corazón al fin.<br /></span>Anakinhttp://www.blogger.com/profile/06560486604626231098noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3612186810103148196.post-9268722086337336012008-05-06T14:20:00.000-07:002008-05-06T15:48:03.724-07:00El Perseguidor (fragmento)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/SCDfXiCC9bI/AAAAAAAAAAs/k0NsMOBepQU/s1600-h/cortazarytrompeta.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/SCDfXiCC9bI/AAAAAAAAAAs/k0NsMOBepQU/s320/cortazarytrompeta.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5197399565350925746" border="0" /></a><br /><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(0, 102, 0);">El siguiente texto es un collage del cuento "El Perseguidor" de Cortázar. Cuento que es mágico, como la mayoría de sus historias. La descripción del tiempo en estos párrafos son una especie de... "sensación" que me inquietó por mucho tiempo. Cuando leí este cuento, sentí que éste tipo, no sólo había entendido todo, sino que además, supo ponerlo en palabras. Sin más que decir, los dejo con el viaje. Si pueden, lean el cuento entero, que explota.</span><br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-weight: bold;">"-Esto del tiempo es complicado, me agarra por todos lados. Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie de relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben dos trajes y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imagínate que la vacías y después vuelves a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como yo meto la música en el tiempo cuando estoy tocando, a veces. La música y lo que pienso cuando viajo en </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro.<br />-</span><span style="font-weight: bold;">Cuando viajas en el </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro</span><span style="font-weight: bold;">.</span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;"><br />-</span><span style="font-weight: bold;">Eh, sí, ahí está la cosa- ha dicho socarronamente Johnny.-El </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro </span><span style="font-weight: bold;">es un gran invento. Bruno, viajando en el métro te das cuenta de todo lo que podría caber en la valija..."</span><br /><span style="font-weight: bold;">"-Mejor es no confundir las cosas- dice después de un rato. (...) Pero el métro me ha servido para darme cuenta del truco de la valija. Mira esto de las cosas elásticas es muy raro, yo lo siento en todas partes. Todo es elástico, chico. Las cosas que parecen duras tienen una enorme elasticidad..."</span><br /><span style="font-weight: bold;">(...)</span><br /><span style="font-weight: bold;">"-... Una elasticidad retardada- agrega sorprendentemente. Yo hago un gesto de admiración aprobatoria. Bravo Jhonny, el hombre que dice que no es capaz de pensar. Vaya con Jhonny..."</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">"-Bueno, es algo que... Pero yo te estaba hablando del </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro</span><span style="font-weight: bold;"> y no sé por qué cambiamos de tema, El </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro </span><span style="font-weight: bold;">es un gran invento, Bruno. Un día empecé a sentir algo en el </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro</span><span style="font-weight: bold;">, después me olvidé... Y entonces se repitió, dos o tres días después. Y al final me di cuenta. Es fácil de explicar, sabes, pero es fácil porque en realidad no es la verdadera explicación. La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar. Tendrías que tomar el métro y esperar a que te ocurra, aunque me parece que seso solamente me ocurre a mí..."</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">"Sólo en el </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro</span><span style="font-weight: bold;"> me puedo dar cuenta porque viajar en el </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">métro </span><span style="font-weight: bold;">es como estar metido en un reloj. Las estaciones son los minutos, comprendes, ese tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, y he estado pensando..."</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">"... si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de minutos y de pasado mañana..."</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">"...no sé si has visto cómo el paisaje se va rompiendo cuando lo miras alejarse..."</span>Anakinhttp://www.blogger.com/profile/06560486604626231098noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3612186810103148196.post-72891655243375310192008-04-26T10:07:00.000-07:002008-04-26T10:13:25.073-07:00Capítulo 5 - CONSEJOS DE UNA ORUGA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/SBNiQCCC9YI/AAAAAAAAAAM/usangsxqns0/s1600-h/alice15a.gif"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://4.bp.blogspot.com/_KETc2iMWbxA/SBNiQCCC9YI/AAAAAAAAAAM/usangsxqns0/s320/alice15a.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5193602822851196290" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana, Arial, Helvetica;"><p style=""><span lang="ES-TRAD">La Oruga y Alicia se estuvieron mirando un rato en silencio: por fin la Oruga se sacó la pipa de la boca, y se dirigió a la niña en voz lánguida y adormilada.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Quién eres tú? -dijo la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">No era una forma demasiado alentadora de empezar una conversación. Alicia contestó un poco intimidada:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Apenas sé, señora, lo que soy en este momento... Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó la Oruga con severidad-. ¡A ver si te aclaras contigo misma!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Temo que no puedo aclarar nada conmigo misma, señora -dijo Alicia-, porque yo no soy yo misma, ya lo ve.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No veo nada -protestó la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Temo que no podré explicarlo con más claridad -insistió Alicia con voz amable-, porque para empezar ni siquiera lo entiendo yo misma, y eso de cambiar tantas veces de estatura en un solo día resulta bastante desconcertante.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No resulta nada -replicó la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, quizás usted no haya sentido hasta ahora nada parecido -dijo Alicia-, pero cuando se convierta en crisálida, cosa que ocurrirá cualquier día, y después en mariposa, me parece que todo le parecerá un poco raro, ¿no cree?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Ni pizca -declaró la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, quizá los sentimientos de usted sean distintos a los míos, porque le aseguro que a mi me parecería muy raro.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡A ti! -dijo la Oruga con desprecio-. ¿Quién eres tú?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Con lo cual volvían al principio de la conversación. Alicia empezaba a sentirse molesta con la Oruga, por esas observaciones tan secas y cortantes, de modo que se puso tiesa como un rábano y le dijo con severidad:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Me parece que es usted la que debería decirme primero quién es.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Por qué? -inquirió la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Era otra pregunta difícil, y como a Alicia no se le ocurrió ninguna respuesta convincente y como la Oruga parecía seguir en un estado de ánimo de lo más antipático, la niña dio media vuelta para marcharse.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Ven aquí! -la llamó la Oruga a sus espaldas-. ¡Tengo algo importante que decirte!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Estas palabras sonaban prometedoras, y Alicia dio otra media vuelta y volvió atrás.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Vigila este mal genio! -sentenció la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Es eso todo? -preguntó Alicia, tragándose la rabia lo mejor que pudo.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No -dijo la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Alicia decidió que sería mejor esperar, ya que no tenía otra cosa que hacer, y ver si la Oruga decía por fin algo que mereciera la pena. Durante unos minutos la Oruga siguió fumando sin decir palabra, pero después abrió los brazos, volvió a sacarse la pipa de la boca y dijo:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Así que tú crees haber cambiado, ¿no?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Mucho me temo que si, señora. No me acuerdo de cosas que antes sabía muy bien, y no pasan diez minutos sin que cambie de tamaño.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿No te acuerdas ¿de qué cosas?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, intenté recitar los versos de "Ved cómo la industriosa abeja... pero todo me salió distinto, completamente distinto y seguí hablando de cocodrilos".</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Pues bien, haremos una cosa.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Que?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Recítame eso de "Ha envejecido, Padre Guillermo..." -Ordenó la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Alicia cruzó los brazos y empezó a recitar el poema:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Ha envejecido, Padre Guillermo," dijo el chico,<br />"Y su pelo está lleno de canas;<br />Sin embargo siempre hace el pino-<br />¿Con sus años aún tiene las ganas? </span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Cuando joven," dijo Padre Guillermo a su hijo,<br />"No quería dañarme el coco;<br />Pero ya no me da ningún miedo,<br />Que de mis sesos me queda muy poco."</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Ha envejecido," dijo el muchacho,<br />"Como ya se ha dicho;<br />Sin embargo entró capotando-<br />¿Como aún puede andar como un bicho? </span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Cuando joven," dijo el sabio, meneando su pelo blanco,<br />"Me mantenía el cuerpo muy ágil<br />Con ayuda medicinal y, si puedo ser franco,<br />Debes probarlo para no acabar débil." </span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Ha envejecido," dijo el chico, "y tiene los dientes inútiles<br />para más que agua y vino;<br />Pero zampó el ganso hasta los huesos frágiles-<br />A ver, señor, ¿que es el tino?"</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Cuando joven," dijo su padre, "me empeñé en ser abogado,<br />Y discutía la ley con mi esposa;<br />Y por eso, toda mi vida me ha durado<br />Una mandíbula muy fuerte y musculosa."</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Ha envejecido y sería muy raro," dijo el chico,<br />"Si aún tuviera la vista perfecta;<br />¿Pues cómo hizo bailar en su pico<br />Esta anguila de forma tan recta?"</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">"Tres preguntas ya has posado,<br />Y a ninguna más contestaré.<br />Si no te vas ahora mismo,<br />¡Vaya golpe que te pegaré! </span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Eso no está bien -dijo la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No, me temo que no está del todo bien -reconoció Alicia con timidez-.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Algunas palabras tal vez me han salido revueltas.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Está mal de cabo a rabo- sentenció la Oruga en tono implacable, y siguió un silencio de varios minutos.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">La Oruga fue la primera en hablar.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">¿Qué tamaño te gustaría tener? -le preguntó.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No soy difícil en asunto de tamaños -se apresuró a contestar Alicia-. Sólo que no es agradable estar cambiando tan a menudo, sabe.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No sé nada -dijo la Oruga. Alicia no contestó. Nunca en toda su vida le habían llevado tanto la contraria, y sintió que se le estaba acabando la paciencia.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Estás contenta con tu tamaño actual? -preguntó la Oruga.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, me gustaría ser un poco más alta, si a usted no le importa. ¡Siete centímetros es una estatura tan insignificante!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">¡Es una estatura perfecta! -dijo la Oruga muy enfadada, irguiéndose cuan larga era (medía exactamente siete centímetros).</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Pero yo no estoy acostumbrada a medir siete centímetros! se lamentó la pobre Alicia con voz lastimera, mientras pensaba para sus adentros: «¡Ojalá estas criaturas no se ofendieran tan fácilmente!»</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Ya te irás acostumbrando -dijo la Oruga, y volvió a meterse la pipa en la boca y empezó otra vez a fumar.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Esta vez Alicia esperó pacientemente a que se decidiera a hablar de nuevo. Al cabo de uno o dos minutos la Oruga se sacó la pipa de la boca, dio unos bostezos y se desperezó. Después bajó de la seta y empezó a deslizarse por la hierba, al tiempo que decía:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Un lado te hará crecer, y el otro lado te hará disminuir.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Un lado ¿de qué? El otro lado ¿de que? -se dijo Alicia para sus adentros.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-De la seta -dijo la Oruga, como si la niña se lo hubiera preguntado en voz alta.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Y al cabo de unos instantes se perdió de vista.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Alicia se quedó un rato contemplando pensativa la seta, en un intento de descubrir cuáles serían sus dos lados, y, como era perfectamente redonda, el problema no resultaba nada fácil. Así pues, extendió los brazos todo lo que pudo alrededor de la seta y arrancó con cada mano un pedacito.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Y ahora -se dijo-, ¿cuál será cuál?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Dio un mordisquito al pedazo de la mano derecha para ver el efecto y al instante sintió un rudo golpe en la barbilla. ¡La barbilla le había chocado con los pies!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Se asustó mucho con este cambio tan repentino, pero comprendió que estaba disminuyendo rápidamente de tamaño, que no había por tanto tiempo que perder y que debía apresurarse a morder el otro pedazo. Tenía la mandíbula tan apretada contra los pies que resultaba difícil abrir la boca, pero lo consiguió al fin, y pudo tragar un trocito del pedazo de seta que tenía en la mano izquierda.</span></p> <p style="" align="center">................</p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">«¡Vaya, por fin tengo libre la cabeza!», se dijo Alicia con alivio, pero el alivio se transformó inmediatamente en alarma, al advertir que había perdido de vista sus propios hombros: todo lo que podía ver, al mirar hacia abajo, era un larguísimo pedazo de cuello, que parecía brotar como un tallo del mar de hojas verdes que se extendía muy por debajo de ella.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¿Qué puede ser todo este verde? -dijo Alicia-. ¿Y dónde se habrán marchado mis hombros? Y, oh mis pobres manos, ¿cómo es que no puedo veros?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Mientras hablaba movía las manos, pero no pareció conseguir ningún resultado, salvo un ligero estremecimiento que agitó aquella verde hojarasca distante.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Como no había modo de que sus manos subieran hasta su cabeza, decidió bajar la cabeza hasta las manos, y descubrió con entusiasmo que su cuello se doblaba con mucha facilidad en cualquier dirección, como una serpiente. Acababa de lograr que su cabeza descendiera por el aire en un gracioso zigzag y se disponía a introducirla entre las hojas, que descubrió no eran más que las copas de los árboles bajo los que antes había estado paseando, cuando un agudo silbido la hizo retroceder a toda prisa. Una gran paloma se precipitaba contra su cabeza y la golpeaba violentamente con las alas.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Serpiente! -chilló la paloma.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Yo no soy una serpiente! -protestó Alicia muy indignada-. ¡Y déjame en paz!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Serpiente, más que serpiente! -siguió la Paloma, aunque en un tono menos convencido, y añadió en una especie de sollozo-: ¡Lo he intentado todo, y nada ha dado resultado!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No tengo la menor idea de lo que usted está diciendo! -dijo Alicia.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Lo he intentado en las raíces de los árboles, y lo he intentado en las riberas, y lo he intentado en los setos -siguió la Paloma, sin escuchar lo que Alicia le decía-. ¡Pero siempre estas serpientes! ¡No hay modo de librarse de ellas!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Alicia se sentía cada vez más confusa, pero pensó que de nada serviría todo lo que ella pudiera decir ahora y que era mejor esperar a que la Paloma terminara su discurso.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Como si no fuera ya bastante engorro empollar los huevos! -dijo la Paloma-. ¡Encima hay que guardarlos día y noche contra las serpientes! ¡No he podido pegar ojo durante tres semanas!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Siento mucho que sufra usted tantas molestias -dijo Alicia, que empezaba a comprender el significado de las palabras de la Paloma. -¡Y justo cuando elijo el árbol más alto del bosque -continuó la Paloma, levantando la voz en un chillido-, y justo cuando me creía por fin libre de ellas, tienen que empezar a bajar culebreando desde el cielo! ¡Qué asco de serpientes!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Pero le digo que yo no soy una serpiente. Yo soy una... Yo soy una...</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, qué eres, pues? -dijo la Paloma-. ¡Veamos qué demonios inventas ahora!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Soy... soy una niñita -dijo Alicia, llena de dudas, pues tenía muy presentes todos los cambios que había sufrido a lo largo del día.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡A otro con este cuento! -respondió la Paloma, en tono del más profundo desprecio-. He visto montones de niñitas a lo largo de mi vida, ¡pero ninguna que tuviera un cuello como el tuyo! ¡No, no! Eres una serpiente, y de nada sirve negarlo. ¡Supongo que ahora me dirás que en tu vida te has zampado un huevo!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, huevos si he comido -reconoció Alicia, que siempre decía la verdad-. Pero es que las niñas también comen huevos, igual que las serpientes, sabe.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-No lo creo -dijo la Paloma-, pero, si es verdad que comen huevos, entonces no son más que una variedad de serpientes, y eso es todo.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Era una idea tan nueva para Alicia, que quedó muda durante uno o dos minutos, lo que dio oportunidad a la Paloma de añadir:</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Estás buscando huevos! ¡Si lo sabré yo! ¡Y qué más me da a mí que seas una niña o una serpiente?</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Pues a mí sí me da! -se apresuró a declarar Alicia-. Y además da la casualidad de que no estoy buscando huevos. Y aunque estuviera buscando huevos, no querría los tuyos: no me gustan crudos.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Bueno, pues entonces, lárgate -gruño la Paloma, mientras se volvía a colocar en el nido.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Alicia se sumergió trabajosamente entre los árboles. El cuello se le enredaba entre las ramas y tenía que pararse a cada momento para liberarlo. Al cabo de un rato, recordó que todavía tenía los pedazos de seta, y puso cuidadosamente manos a la obra, mordisqueando primero uno y luego el otro, y creciendo unas veces y decreciendo otras, hasta que consiguió recuperar su estatura normal.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Hacía tanto tiempo que no había tenido un tamaño ni siquiera aproximado al suyo, que al principio se le hizo un poco extraño. Pero no le costó mucho acostumbrarse y empezó a hablar consigo misma como solía.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-¡Vaya, he realizado la mitad de mi plan! ¡Qué desconcertantes son estos cambios! ¡No puede estar una segura de lo que va a ser al minuto siguiente! Lo cierto es que he recobrado mi estatura normal. El próximo objetivo es entrar en aquel precioso jardín... Me pregunto cómo me las arreglaré para lograrlo.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Mientras decía estas palabras, llegó a un claro del bosque, donde se alzaba una casita de poco más de un metro de altura.</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">-Sea quien sea el que viva allí -pensó Alicia-, no puedo presentarme con este tamaño. ¡Se morirían del susto!</span></p> <p style=""><span lang="ES-TRAD">Así pues, empezó a mordisquear una vez más el pedacito de la mano derecha, Y no se atrevió a acercarse a la casita hasta haber reducido su propio tamaño a unos veinte centímetros.<br /></span></p></span>Anakinhttp://www.blogger.com/profile/06560486604626231098noreply@blogger.com1